Dormir con Maquillaje:
Si quieres lucir una piel oxigenada y con brillo, nunca debes ir a la cama sin desmaquillarte, incluso si es muy tarde, si estás agotada o si no te maquillaste durante el día. Ahora la cosmética te ofrece texturas variadas en gel, cremas, leche limpiadora, toallitas húmedas, etc… para que elijas el producto más adecuado para ti.

Ponerte crema de noche sin limpiar bien tu piel:

Ten en cuenta que durante la noche tu piel se vuelve más receptiva, más permeable, los activos penetran y se absorben con más facilidad. Debes limpiar muy bien tu piel antes de aplicarte cualquier tipo de tratamiento y sobre todo por la noche antes de ir a dormir.

Usar la misma crema de día que de noche:
No hagas esto. Es diferente la formulación de las cremas de día que las de noche. Las cremas de día contienen filtros solares, partículas reflectantes de la luz, propiedades hidratantes que mejoran el acabado del maquillaje, mientras que las cremas de noche, tratan problemas más específicos como la renovación celular.

Cambiar de vez en cuando de productos:
Cambiar constantemente de productos es una creencia muy frecuente entre las mujeres. Aplicarte muchos o distintos principios activos puede llegar a asfixiar tu piel y dilatar tus poros. Debes usar el mismo producto mínimo durante dos meses; ésta es la clave para poder ver los efectos inmediatos y a largo plazo de la misma línea de productos.

Exprimir los granos:
Los dermatólogos no aconsejan que exprimamos los granos, porque si no los vaciamos adecuadamente, la infección puede aumentar, haciendo que aparezcan cicatrices que no son fáciles de eliminar. El acné debe tratarse con medicamentos adecuados y las cremas aplicadas sólo en el grano, no en todo el rostro, siguiendo las indicaciones del dermatólogo.